De los Beacons al RTLS: la evolución en la localización de objeto
Hace unos meses revisamos en otro artículo los Beacons, pequeños dispositivos capaces de emitir señales usando Bluetooth Low Energy (BLE) y, en algunos casos, datos adicionales como temperatura, acelerómetro o intensidad de señal (RSSI). Con la experiencia de haber probado equipos de uno de los fabricantes líderes, hoy queremos compartir algunos resultados y, sobre todo, explorar las nuevas posibilidades que ofrecen cuando trabajan en conjunto.
El problema cotidiano: encontrar lo que se pierde
¿Quién no ha extraviado alguna vez las llaves de la casa, la billetera o incluso el celular? Cuando esto ocurre, generalmente tenemos al menos una idea aproximada de dónde podría estar el objeto: en casa, en la oficina, en el auto… Este primer acotamiento del universo de búsqueda se conoce como PLS (Proximity Location System).
En palabras simples, un PLS nos indica la zona donde estuvo por última vez el objeto, ayudando a reducir el rango de búsqueda. Sin embargo, aunque útil, esta información no siempre es decisiva: todavía debemos dedicar esfuerzo y tiempo en localizarlo con precisión.
El siguiente paso: RTLS
Ahora bien, ¿qué pasaría si pudiéramos identificar con exactitud dónde se encuentra ese objeto? No solo “en la casa”, sino dentro del cajón de las llaves de la cocina. Aquí entramos en el terreno del RTLS (Real Time Location System), que nos permite ubicar un dispositivo en coordenadas concretas dentro de un plano.
Con RTLS la experiencia cambia radicalmente: pasamos de tener una referencia amplia (zona o área) a una precisión que facilita una localización inmediata. Esta tecnología abre la puerta no solo a resolver pérdidas cotidianas, sino también a aplicaciones industriales, de seguridad, salud y logística, donde cada segundo y cada metro cuentan.
Beacons + RTLS: una combinación poderosa
Cuando los Beacons se integran en un ecosistema de RTLS, el potencial se multiplica. Hablamos de soluciones capaces de:
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Optimizar procesos logísticos en bodegas y centros de distribución.
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Monitorear en tiempo real activos críticos en hospitales o fábricas.
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Facilitar la seguridad de personas en entornos de alto riesgo.
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Y, por supuesto, ayudarnos a encontrar nuestras llaves en segundos.
En general, las soluciones de RFID pasivo suelen ser del tipo PLS (Position Last Seen), es decir: “el objeto o activo estuvo en esta zona por última vez a las…”. Sin embargo, no es posible saber con certeza dónde se encuentra en este momento. Aun así, este dato ya entrega una pista valiosa, mucho mejor que no tener ninguna información.
Ahora bien, si lo que necesitamos es saber dónde está el objeto en este preciso instante, debemos recurrir a otro enfoque: la geometría más simple.
¿Cómo funciona la geometría en estos sistemas?
La técnica geométrica más común es la trilateración. A diferencia de la triangulación (que se basa en ángulos), la trilateración utiliza la medición de distancias. El proceso es el siguiente:
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Se instalan al menos tres balizas en posiciones fijas y conocidas dentro del espacio.
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Un dispositivo móvil (como un teléfono o una etiqueta RFID activa) recibe las señales de estas balizas.
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A partir de la intensidad de la señal (RSSI – Received Signal Strength Indicator), el dispositivo estima su distancia respecto de cada baliza: a menor intensidad, mayor distancia.
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Con esas distancias se trazan círculos alrededor de cada baliza, con un radio igual a la distancia estimada.
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El punto donde los tres círculos se intersectan corresponde a la posición aproximada del dispositivo.
A continuación, se presenta una imagen que ejemplifica este concepto:
Un sistema RTLS está compuestos por #4 Elementos.
Les dejo algunos links y videos explicativos.